Conversaciones salvajes

Como menciona "Repensar la agricultura" uno de los aspectos más relevantes es cambiar el paradigma, especialmente en lo que se refiere al objetivo a corto plazo centrado en la eficacia y el beneficio. Estoy 100% de acuerdo en apoyar una variedad de "prácticas respetuosas con el medio ambiente (desde la permacultura a la agrosilvicultura), los paisajes multifuncionales (en el campo y en los paisajes urbanos) y el localismo". Además, creo que es importante
-crear redes participativas de conocimiento y experiencia y hacerlas mucho más visibles: conectar y aprender de las buenas prácticas de los pequeños y medianos agricultores.
- Apoyar tanto a los "comunes" como a las estructuras de tipo "cooperativo" (financieramente, pero también con programas educativos, como ERASMUS+) para empoderarlos y dotarlos de más herramientas y estructuras.
- Crear sinergias con otros ámbitos del bienestar y la salud de los ecosistemas de la UE, como la educación formal y no formal (más programas gratuitos y con apoyo sobre una agricultura respetuosa con el medio ambiente) y la alfabetización en materia de salud y nutrición.

-La ordenación del territorio (para la protección de la diversidad) también es posible a través de la agrosilvicultura, pero también si se deja más verde (de lo micro a lo macro) en otras zonas: calles, el conjunto y las superficies de los paisajes y periferias urbanas, fachadas. Aunque la agricultura urbana no resolverá el problema, es bastante importante, porque "comunica" alfabetizaciones y nutre nuestro tejido social (ediblecitiesnetwork
-Respecto a la interrelación entre agricultura y economía: la agricultura es la base para la producción de una nutrición sana. Por lo tanto, una agricultura que no es respetuosa con el medio ambiente es perjudicial para la salud de los ciudadanos de la UE (y del planeta), es decir, pensando económicamente: también provoca enfermedades, desde sobrepeso hasta enfermedades respiratorias y hormonales.
En este sentido, las prácticas y productos respetuosos con el medio ambiente deben tener impuestos más bajos o estar exentos de ellos, ya que a largo plazo contribuyen a la salud de las sociedades. Basta pensar en los millones de euros invertidos por la UE para investigar la diabetes infantil y juvenil.

La permacultura integra diversas plantas y animales, imitando los ecosistemas naturales y mejorando la resistencia y la productividad. Prácticas sostenibles como la rotación de cultivos, la agrosilvicultura y la agricultura ecológica mejoran la salud del suelo y la biodiversidad al tiempo que reducen los daños medioambientales. Por ejemplo, las plantaciones diversas en sistemas de permacultura pueden ser más de diez veces más productivas que los monocultivos.

Para facilitar esta transición, se necesitan importantes inversiones y apoyo político. La Unión Europea puede tomar la iniciativa reorientando las subvenciones agrícolas hacia prácticas sostenibles, aplicando normativas medioambientales más estrictas y promoviendo normas laborales justas. Países como Dinamarca y los Países Bajos ya han cosechado éxitos gracias a una gestión rigurosa de los nutrientes y a la innovación agrícola.

Al dar prioridad a la agricultura sostenible, la UE puede servir de ejemplo mundial, promoviendo sistemas alimentarios más sanos, protegiendo el medio ambiente y garantizando la equidad social.

Las grandes empresas agroalimentarias suelen argumentar que los métodos agrícolas intensivos y de alto rendimiento son esenciales para satisfacer la demanda mundial de alimentos. Insisten en que las prácticas agrícolas sostenibles son inviables y conducirán a la escasez de alimentos cuando se comparan con la agricultura intensiva. Aunque existen preocupaciones válidas sobre el rendimiento y la escalabilidad en determinados contextos, numerosas pruebas científicas y empíricas sugieren que, con el apoyo adecuado, la agricultura sostenible puede proporcionar alimentos suficientes al tiempo que preserva la biodiversidad. Para superar estos retos es necesario un enfoque holístico que incluya reformas políticas, acceso a los mercados, innovación tecnológica y cooperación mundial. Si se abordan estos factores, es posible lograr un equilibrio entre la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad, garantizando un futuro sostenible y equitativo para todos.

La restauración de los hábitats naturales, la producción de alimentos adaptados, el control de la degradación del suelo y las prácticas sostenibles, menos pesticidas, la restauración de los hábitats marinos, los humedales, ya que la restauración natural protege contra la pérdida natural de biodiversidad. Los efectos del cambio climático, como inundaciones extremas, olas de calor, incendios forestales y tormentas, pueden provocar la pérdida de biodiversidad. Las medidas propuestas consisten en mejorar las zonas forestales y naturales, los humedales, las turberas, las praderas marinas y las zonas marinas mejoradas, como medidas para la captura y secuestro de carbono, con vistas a la neutralidad del carbono a largo plazo, la mejora y mitigación de los efectos del cambio climático y la restauración natural.